Caminando con San José
Manuel Gracián
1.mayo. 2022
Agradezco al ´Diario de Yucatán¨ la hospitalidad que me brinda para compartir un testimonio personal. Debo este privilegio al afecto correspondido de tres generaciones de directores, don Abel Menéndez Romero, don Carlos Rubén Menéndez Navarrete y don Carlos Ricardo Menéndez Losa.
En 1961 inicié mi carrera de médico cirujano en la UNAM. El 19 de marzo Ingresé a la Residencia Universitaria Panamericana (RUP), donde viviría varios años. Al año siguiente aprendí de mi primer director espiritual, Don Ignacio Campero Alatorre (sacerdote del Opus Dei), de feliz memoria, una devoción medieval: escribir a San José una carta (como la que yo escribía de niño a Santa Claus y a los Reyes Magos), quemarla y mandar las cenizas al Cielo. Cada 19 de marzo escribía la carta a San José.
El primero de mayo de 1973, fiesta de San José Obrero, nació nuestro primer hijo, Emmanuel. Desde esa fecha mi esposa, Laura Aminta, se sumó a la redacción de la carta: poco a poco, con el paso del tiempo se fueron agregando a la escritura–cada quien su carta–nuestros hijos Emmanuel, Oscar Rafael, Laura María y Carlos Virgilio, hasta la fecha.
El 19 de marzo de 1974 fui nombrado director del Hospital Civil «Dr. Manuel Campos» en la ciudad de Campeche. Acababa de terminar mi formación en dermatoleprología con el maestro Fernando Latapí, en el Centro Dermatológico Pascua; medicina interna con el maestro Salvador Zubirán, en el Instituto Nacional de la Nutrición; y Cardiología Clínica, con el maestro Ignacio Chávez, en el Instituto Nacional de Cardiología. Fui discípulo cercano de ellos y me precio de haber cultivado su honrosa amistad.
El 19 de marzo de 1976, con el apoyo de mis queridos maestros, del gobernador de Campeche Rafael Rodríguez Barrera y del rector Ermilo Sandoval Campos, fui designado director fundador de la Escuela de Medicina de la Universidad del Sudeste. Cuatro años después, el 19 de marzo de 1980, director fundador del Hospital General de Campeche, de la Red Federal de Hospitales de la SSA, gracias a mi maestro Carlos Gual Castro, primer sucesor del maestro Zubirán en la dirección general del Instituto Nacional de la Nutrición. Además de mejorar la calidad del servicio médico a los campechanos y la enseñanza médica de postgrado, se ampliaba la cobertura del campo clínico para los alumnos de la Escuela de Medicina.
Dejé consolidada la Escuela de Medicina, a los 8 años de fundada. De nuevo con apoyo de mis maestros Zubirán, Chávez, Soberón (rector de la UNAM) y el rector de la Universidad de Campeche Humberto Lanz Cárdenas, el 15 de octubre de 1983 (fiesta de Teresa de Ávila) propuse la creación de un centro de investigaciones médicas. Quedaría cubierta la enseñanza de la medicina en los niveles de pregrado, postgrado (residencias médicas) e investigación clínica. Llegó el 19 de marzo de 1984, fiesta de San José, en que fui nombrado, sin habérmelo propuesto, director fundador del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad del Sudeste.
Desde niño me atrajeron amorosamente las figuras de Jesús, de María y de José. Tengo el privilegio de caminar desde hace mucho al lado de San José. El año de San José, mi hija Laura María ha escrito un pequeño libro: «Caminando con San José», como subsidio literario para la consagración a este gran Santo, esposo de María y padre nutricio de Jesucristo. Doy gracias a Dios y a él toda la gloria.
Estoy convencido, si yo escribiera todas las gracias que he recibido del patriarca San José, mi Padre y Señor, sería como «El libro de Arena» de mi maestro Jorge Luís Borges: «un volumen de incalculables hojas». Lo ha cantado Teresa de Ávila, como río sonoroso, «en silbos de aires amorosos»: «Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro, y no errará el camino» (Libro de su vida, capítulo VI).
A propóstito del ‘Año de San José’ (2021-2022) convocado por el Papa Francisco en su carta apostólica «Patris corde» (‘Corazón de padre’), y el ‘Año de la Familia’ (19-mar-2021 al 26-jun-2022), los invitamos a conocer, amar y caminar con San José, canal de los dones de Dios. Hace tiempo, desde niño, junto al pesebre, yo me lo encontré.- Mérida, Yucatán.
9124





